lunes, 19 de octubre de 2009

UN VIERNES CUALQUIERA

¡Hola a todos!

Ya ha terminado el fin de semana, tengo que comentaros que lo he pasado trabajando., en concreto escribiendo un proyecto para conseguir un contrato que me permita estar más tiempo aquí...lo que se llama tener trabajo, vaya.

Por suerte la tarde de los Viernes siempre sale algo que hacer en el currele. Este Viernes nuestro coleguita americano, John, hizo comida "yanki": es decir, jalapeños con verdurita y nachos. A las 09:00 estaba ahí el tío ya pelando cebolla, es un campeón pero vaya bofetada que me dió el olor nada mas entrar por la puerta;


Todavía no he hecho una entrada para presentaros el "coffee corner". Se trata de un lugar de importancia estratégica, que se merece toda una presentación por sí mismo. Ya caerá, pero de momento os adelanto que en el Max Planck, al final de cada pasillo tenemos un sitio con sofás, sillones y mesa para tomar café, comer y pasar el tiempo en general;



Aquí estaba la gente muy entretenida con eso de los nachos. Bueno, para juntarnos no estaba mal la idea. Por supuesto muchas veces, ya que empezamos y es Viernes, la cosa se anima.

Mi amigo Matthieu (el francés) debía ir a ver a su novia a París, pero claro, una de esas infrecuentes huelgas en la capital de gabacholandia canceló su vuelo. Así que nos decidimos a animarle, y nos quedamos con él en Potsdam.

Por casualidad, en medio de un patio sin anunciar, encontramos una especie de galería de arte alternativo, donde estaban haciendo una fiesta para celebrar la exposición con la que quedaba una serie de creaciones cerrada. El sitio era genial, tres plantas a tuti de historias;




Pero lo que molaba estaba arriba del todo, en la buhardilla. Era la fiestecita. Los artistas eran alemanes, italianos y españoles. La coordinadora era un chica española (que por cierto estudió Quimicas en la Complutense, hasta donde llegamos los químicos a veces), así que la fiesta tenía más tintes españoles que otra cosa. De hecho, de tapa había chorizo self-service, del que por supuesto me puse tierno, y de música Kiko Veneno y Ojos de Brujo. Son cosas que parecen que están bien, pero cuando estás tirado en medio de Berlín, están de puta madre.




Aquí están los tres fenómenos (bueno tampoco es pa tanto), de izquierda a derecha: Rafa (suizo de madre gallega), Munish (afgano ya nacionalizado alemán) y Matthieu (el francés, coño). Así está la guisa de becarios y postdoc en el Max Planck.

Y con eso y un par de birras a la camita.

¡Besos!

2 comentarios:

  1. Gran entrada de Le Cotidien en la vida de un postdoc en Berlin!!
    y bueno... eso de llamar comida yanki a la comida mexicana... ejem... pero claro, que puedo decir! no comments.
    Ole Juanjo por la diversi'on inesperada... work it out!
    besos

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  2. Joder que fetén, mola que vaya la cosa tan rodando, ya queda menos para verte por estos lares y tomarnos unas cervezitas por San Basilio o donde se tercie.. y que nos cuentes más de primera manos como de locos están estos alemanes.

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